Ayuntamiento de Leache/Leatxe

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Historia

Distintos elementos en silex y concha, como puntas de flecha y raederas, halladas en cuatro zonas del municipio, nos indican la presencia de humanos en el Neolítico, ( 5000 – 1700 a. c. ), descendientes del Hombre de Cromagnon, que habían desarrollado peculiaridades físicas y un idioma propio, el euskera.

No tenemos indicios en la Edad del Bronce , con excepción de un posible dolmen en el barranco de El Soto, y la existencia de yacimientos en los valles al Oeste, en Gardalain, Sabaiza y Leoz. Tampoco se han hallado restos de la Edad del Hierro.

Sin embargo tenemos constancia de la existencia de pobladores en la época de la romanización, iniciada a principios del siglo II a. c. y que es muy intensa en todo el valle de Aibar. Por tradición oral, conocemos la existencia de un poblado al Este del actual, donde ahora se ubican los huertos. Dominando el valle , se extendía desde la actual balsa de riego, hasta el alto de San Pedro, al Sur. Estaba amurallado al Este, y protegido al Oeste por el barranco que se originaba en la Fuente Vieja, y que discurría hacia el Sur, al Barranquizo. Su extructura rectangular, con una calle principal de Norte a Sur, llamada antiguamente Camino de Letochar, Entrehuertos hoy, y otra calle que la cruzaba de Este a Oeste, carretera en la actualidad, nos indican, un poblado tardo-romano, sobre un castro.

» Reconstrucción» de la portalada de San Martín de Tours.   2009. P. J. Sola

Foto San Martin de Tours 1En el Museo de Navarra hay un ara votiva ( de Lucio Sempronio Gemino ) que se encontró en Aibar. Aunque se dice que estaba en El Solano, gentes del pueblo, indican que se encontró, al Oeste de la población , en lo que entonces era el camino que conducía a Leache. Esto nos demostraría la existencia de una vía de comunicación, en los primeros siglos de nuestra era. Posiblemente, la que según Jimeno Jurio unía Aibar con el valle de Orba, por la Vizcaya, y que fuese utilizada como paso de peregrinos en época medieval, ya que tanto en Leache como en Iracheta había sendos hospitales de peregrinos, propiedad de los caballeros de San Juan de Jerusalén.

Antes de su muerte, 1035, Sancho Garcés III, El Mayor, dona a su hijo natural, Ramiro, nacido de Dª Sancha de Aybar, el condado de Aragón, además de las tenencias, Aibar-Gallipienzo, Eslava con los pueblos cercanos y Leache con Sabaiza( Legiaxi cum Sabaissa ). Es el primer documento en el que se menciona a Leache. Legiaxi. En posteriores escritos aparece como Liase ( 1120 ), Liach ( 1189 ), Leax ( 1230 ) Leach ( 1268 y 1384 ) y a partir del siglo XVI, como Leache. Para algunos autores, el nombre proviene de lihatze, linar en vasco.

La llegada de la Orden de San Juan de Jerusalén, en 1195, hace de Leache el centro de una encomienda importante, posiblemente la de mayor importancia en Navarra entre los siglos XIII y XV, ya que estaban supeditadas a ella las iglesias de Olcoz, Iracheta, Orisoain, Sansoain y Olleta, las rectorías de Olza, Zabalegui y Torres, las abadías y curatos de Villanueva y San Millán, y el vicariato de Iriberrri. Incluso en 1668, adquirió la posesión de la encomienda de Indurain , siendo comendador de Leache, D. José de Luna.

Foto Fuente aska y calzada medieval
Fuente aska y calzada medieval

En el Archivo Histórico Nacional, se conservan 191 documentos sobre la Encomienda de Leache, nº 3670 a 3860, que abarcan el periodo de 1165 a 1844. Del estudio de éstos textos, que realizan actualmente, las Doctoras Pavón y Baldó, de la Universidad de Navarra, podremos conocer mejor la vida de los antepasados , la historia del pueblo, aunque se trate en su mayor parte, de textos administrativos.

El primero de ellos, del 16 de Octubre de 1165, un pergamino original en latín, es una donación de Amaya de Aibar, en su nombre y en el de su hermano Pedro, sacerdote de Sos y de Aibar, de una tierra de tres cahíces de sembradura en el llamado campo de Santa Agueda, a la Orden de S. Juan.

Uno de los más importantes es el nº 3 en el que el rey Sancho VII el Fuerte, el 15 de Agosto de 1195, hace donación de la villa de Leache, con todos sus derechos y pertenencias, a la Orden de San Juan de Jerusalen : » Facta carta mense augusti apud Tutelam, era Mª CCª XXXª IIIª. Regnante me Sancio Dei gratia rege in Nauarra et in Alaua…..» Es un pergamino original de 34 x 24, en latín, escrito en letra diplomática minúscula, con el signo del rey ( águila explayada en negro, arrano beltza, ) en el centro del documento.Foto Posando en La Fuente Vieja

Del simple enunciado de los documentos podemos conocer algunos detalles: En Noviembre de 1257, Frey Juan Jiménez de Obanos, vende al Concejo de Leache el monte de Iguidurri. Una copia de éste documento es publicada por S. García Larragueta en 1957, » El gran priorado de Navarra. Colección diplomática», donde el nombre del monte, aparece como Andurra: «…avemos vendido el nostro mont de Andurra por diez mil sueldos de la moneda corient en Navarra, al concello de Leach…» El 8 de Febrero de 1496, el comendador de Leache da a censo perpetuo a Carlos de Baigorri, y a su mujer Sancha de Ara, vecinos de Leache, unas casas en el barrio de La Fuente, fácil de identificar la zona, en los alrededores de la Fuente Vieja.Mas dificil es la localización de los barrios de Herrengaetaria y Bustinte y la casa Leoriet,que que se citan en documentos del siglo XVI.

LA FUENTE VIEJA


Foto " Reconstrucion " en base a los documento y elementos hallados
Torre del Palacio en 2010

También parece fácil la localización de uno de los palacios, Viejo y Suso, que Otazu Ripa cita en su » Heráldica Municipal. Merindad de Sangüesa «. Los menciona como desaparecidos , pero que existían en 1799. En documento de 20 de Enero de 1596, Juan de Lasaga, dueño del palacio de Lasaga, presenta requerimiento contra Frey Bernardino de Baquedano, comendador de Leache, por haber ocupado asientos correspondientes al dueño y señor del palacio, en la iglesia.

En la entrada al pueblo, hay una torre, llamada «del palacio», que era el centro de una construcción, de la que se conserva su puerta renacentista en otro edificio, ambos propiedad de Dª Angela Mauleón Lasaga, a inicios del siglo XX.

De varios documentos del primer tercio del siglo XIX, deducimos, que entonces estaba vacante la Encomienda de Leache.

Los tres escritos finales, 1840-1844, son los contratos de arrendamiento de las encomiendas de Leache, Biurrun y Cogullo-Melgar.

Consuelo Juanto Jimenez, en su artículo «Análisis Político Administrativo del Histórico Valle de Aibar » nos habla de una «unidad político-administratica de importante significación fronteriza en la Merindad de Sanguesa, que ya se encuentra organizada en el siglo IX, en una tenencia que otorga el nombre del valle y que se documenta como núcleo habitado en el año 882, como Val d´Aibar, Val de Aibar o Valdaibar».

«El primer caudillo pamplonés, Jimeno El Fuerte, es originario de estas tierras, y también la segunda dinastía, Arista, se asienta en la val de Aibar, Sanguesa y Leyre. La tenencia, pudo pertenecer a inicios del siglo XI, a Sancha de Aibar, madre de Ramiro I de Aragón., y comprendía, principalmente, Aibar, Leache, Sabaiza y Eslava, en medio de las tenencias de Ujue, Liedena, Lumbier y Sanguesa.

Foto palacio en 1926
El Palacio en 1926.

La población no es numerosa en el valle, por lo que en el año 1056, Sancho el de Peñalen ordena la repoblación de la villa de Aibar, con gentes del valle de Aezcoa .»

«En 1366, se registran en el valle todos los lugares y villas situados en tierras del río Aragón, mas el enclave de Petilla , en la comarca aragonesa «LaValdonsella «, que en 1231 se incorpora a Navarra de forma definitiva. Cuenta con las poblaciones de Caseda, Eslava, Gardalain, Izco, Olaz, Sabaiza, Sanguesa la Vieja, Usumbelz, Gallipienzo, Sada Lerga, Aldea, Abaiz, Leache, Arteta, Ayesa, Ezprogui, Moriones, Guetadar, Julio, Loya, Peña, Javier, Yesa, Petilla de Aragón, y Aibar, junto con Santa Cilia.

La capitalidad la ostenta la villa de Aibar, y en cada localidad, hay dos regidores, nombrados anualmente, que se reunen, en el centro geográfico del valle, la ermita de Santa Eufemia, en jurisdicción de Sada. Las juntas las preside el alcalde de Aibar, única atribución del mismo sobre el valle.»

«A principios del siglo XIX, el valle continúa integrado por las mismas villas y lugares, pero en 1846, con motivo de la separación de la villa de Aibar, y a pesar de la oposición del valle, ´este se disgrega en varios Ayuntamientos», entre ellos el de Leache.

En Navarra, la población llega a su mayor densidad , durante el siglo XIV, en el primer tercio, sufriendo un rápido descenso a partir de 1340, debido a las pestes. Muchos pueblos se despoblaron por completo, entre ellos Sabaiza, Arteta, Loya, Ezprogui, Ayesa y tambien Leache. ( Rosa Izid Elarre. «Aibar-Oibar. Historia » )

En Leache había 28 casas, según El Recuento de 1514, y Alfredo Floristan Imizcoz , en «Población Navarra en el Siglo XVI » nos dice que en 1553, contaba con 39 vecinos y 5 habitantes. 44 casas. La población en el valle de Aibar, en toda Navarra, había aumentado de forma considerable, en estos cuatro decenios. En Aibar se había pasado de 95, a 163 casas, Ayesa de 11 a 17, Eslava, de 28 a 47 y Sada, de 41 a 59. La razón era la gran expansión agropecuaria, roturaciones, avances en regadíos, y aprovechamiento de pastos y arbolado.

Sin embargo, una serie de epidemias, habidas en la segunda parte del siglo XVI, redujeron la población. Particularmente mortífera, la peste de 1564, en Aibar, que literalmente es sitiado por sus vecinos del valle, durante seis meses, para evitar el contagio, aunque tuvieron que proveerlos de harina, ya que carecían de molino. El concejo y vecinos de Leache, les dieron 32 robos y medio de trigo,que molieron en el molino de Ripodas, y que posteriormente fueron devueltos.

En » Noticias históricas y estadísticas de los pueblos de Navarra «, Erbiti, 1800, leemos: » Leache: Es de la Encomienda de San Juan»….. » afronta con Aybar, Nardues, Ezprogui y caserío de Usumbelz; se gobierna por los regidores nombrados entre los vecinos; tiene una iglesia parroquial,…. servida por un párroco y un sacristán ;…..tiene dos ermitas existentes y una derruida, con 50 casas útiles y dos arruinadas, y en ellas 300 personas.»

En 1847, Pascual Madoz publica su » Diccionario – Estadístico – Histórico de España.»: » Leache. Lugar con Ayt. en el valle de Aibar»….Al S. de un monte poblado de robles. Clima templado; tiene 58 casas, la municipal con departamento para cárcel, escuela de ambos sexos, concurrida por 40 alumnos «………» El correo se recibe de Sanguesa por valijero los miércoles y los sábados. PROD. Trigo, cebada, avena, vino y aceite; cria lanar y vacuno y hay caza de perdices, liebres y conejos. Población, 58 vecinos, 344 almas. »

Durante mas de 50 años, la población se mantiene, alcanzando el máximo en 1865, con 368 habitantes en 67 casas.

En 1903, están empadronados 328, en 61 casas, pero, 25 de ellos, son ausentes. Están trabajando en otras poblaciones.

Se inicia un fuerte éxodo, que hace que en el año 1931, los vecinos sean 228, en 58 casas. Se ha reducido la población en un 30 %, en 28 años. La emigración a America, sobre todo a Argentina, es importante, ya que entre 1910 y 1930, fueron 39 personas las que hicieron el viaje.

Se mantiene la población durante casi tres décadas, 204 personas en 1958, pero en estos años cambia la forma de emigración. A los jóvenes que buscan trabajo, se unen familias completas, las que abandonan el pueblo, hasta que en 2005, hay empadronados 45 habitantes en Leache, en un descenso que parece llevarlo a la desaparición, como en el caso de las siete poblaciones próximas de la Vizcaya.

Pero el proceso ha variado,desde hace varios años, con el regreso de algunos que se habían marchado, y de otros nuevos, que se instalan como segunda residencia,y aunque no empadronados, frecuentan y habitan el pueblo en fines de semana, y vacaciones, y que son más de el doble de los 54 que constan en el Padron en 2010.

ARTE Y MOMUMENTOS


Es interesante comprobar, que un pequeño lugar como Leache, que en el medievo no superaría los trescientos habitantes, tuviese dos iglesias románicas y por lo menos cinco ermitas. Tenemos constancia de la existencia de las iglesias , parroquial y de San Martín de Tours, y de la ermita de Sta. María Magdalena.
López Sellés, en su trabajo publicado en 1972, » Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. Merindad de Sangüesa, escribe la existencia de las ermitas de San Andore, San Juan, San Pedro y Santa Finia, en el casco urbano. Sabemos de la existencia de la ermita de San Pedro, en el montículo del término del mismo nombre, en las proximidades de la actual población, y aunque existen términos denominados como las otras tres ermitas, éstos se encuentran alejados del pueblo.

RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS


Foto Capitel de San Martín de Tours en el Museo de Navarra
Capitel de San Martín de Tours en el Museo de Navarra Expolio

En la parte alta del pueblo, al Norte, unas ruinas nos susurran, la historia de la iglesia de San Martín de Tours, construida posiblemente, en la primera mitad del siglo XII, sobre los cimientos de una construcción anterior, de origen desconocido, y de la que probablemente se reaprovecharon algunos de sus elementos. Aunque la Orden de San Juan de Jerusalén, no recibió la donación de la Encomienda de Leache, hasta el año 1195, bien pudieron ser, los promotores de la construcción de San Martín, ya que consta, tenían propiedades, desde décadas anteriores. También es muy probable, que su llegada a la población, hiciese que el municipio iniciara la construcción de otra iglesia, la actual parroquial, bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Asunción, que está datada a finales del siglo XII o inicios del XIII.

La iglesia de San Martín de Tours, estaba abandonada y arruinada, en la década de los cuarenta, del siglo XIX y expropiada a la Orden de Malta, continuadores de S. Juan de Jerusalén, por la Desamortización de Mendizábal. No había propietario conocido, ya que atribuida en principio, a los Lasaga, después Doncel, es probable que aquellos, sólo compraran tierras de labor pertenecientes a la Encomienda. Si en esa compra estaba incluida la iglesia, nunca tomaron posesión de ella.

Fray Agustín Estanga, carmelita descalzo, exclaustrado, y párroco de Leache desde 1839, animó a los vecinos, a que utilizacen los elementos de los edificios y de la iglesia, que se convirtieron en almacenes de piedras para los lugareños, quienes con toda probabilidad ya habían iniciado el saqueo de las viviendas abandonadas, en años anteriores.

Las actuales viviendas nos muestran un gran número de puertas, ventanas, piedras talladas y sillares de época románica y gótica, sobre todo en la parte central y Sur del pueblo, ya que los edificios saqueados estaban en torno a la iglesia, al Norte.

Foto Al lado de la fuente nuevaEn 1868, el Ayuntamiento puso una cubierta al lavadero, para lo que construyó tres pilares,en los que se utilizaron muchos sillares , algunos con marcas de cantero, de la iglesia sanjuanista.  La Fuente Nueva en 1928

En 1905 se realizó la Fuente Nueva, al Este de Leache, utilizando parte de la portalada de la iglesia, incluido su tímpano. En 1927, el Ayuntamiento construye detrás de la iglesia parroquial, un edificio para carnicería, a donde, dicen los ancianos del lugar, » bajó el de Campando, que era alcalde, las piedras del sanmartín, con el carro y los bueyes».Se utilizaron muchos sillares, e incluso, basas y dovelas.

Muchos de los vecinos utilizaron dovelas y tramos de fustes, como base para la cruz, que colocaban en los enterramientos de sus familiares, en el camposanto, o adornaron sus fachadas, y colocaron basas y grandes piedras, como bancos. Con basas y capiteles románicos, se hicieron para la iglesia parroquial, la pila bautismal, la del agua bendita de la entrada, el soporte central del ara del altar, y otras.

En 1955, el Ayuntamiento decide trasladar la Fuente Nueva, que no se utilizaba, a la base de la torre parroquial, convirtiendo la portada románica, en el monumento a los caidos, existente en la actualidad.
Ese mismo año, el P. Recondo, que dirige los trabajos de restauración del Castillo de Javier, visita las ruinas de San Martin de Tours, y lleva a Javier muchos sillares de las paredes laterales, contrafuertes, jambas de la portalada, los cuatro capiteles y otras piezas. Él mismo lo describe en 1994:
» En 1955, por referencias del publicista Julio Ruiz de Oyaga, estuve en las ruinas de la ermita. Quedaban afloraciones de las cuatro paredes, así como los cuatro capiteles románicos de motivos vegetales, bien conservados…..Tanto el Sr. Doncel, presunto propietario, como el párroco Rvdo, Sr. Hernandorena, actual canónigo de Roncesvalles, accedieron al traslado de los capiteles al castillo de Javier, para su seguridad y conservación. Mas tarde, 1974, no hallando dichas piezas en Javier, un acomodo digno, se procedió, junto con otras de igual o mayor valor, en su mayor parte romanas, a su entrega al Museo de Navarra.»Foto En la Fuente Nueva

En los años setenta, de nuevo el Ayuntamiento, utiliza once dovelas en el primer peldaño de acceso al atrio de la iglesia parroquial, desde el Este; repara el cerco de piedras, reutilizando algunos sillares anteriores, y recoloca las losas del suelo, que probablemente habían sido llevadas años antes, desde el suelo de la iglesia sanjuanista.

Recuperación

Arrancadas las paredes laterales de la iglesia de los sanjuanistas, sólo quedaba el hastial occidental, que se ha mantenido, por su utilización como frontis de pelota, y acaba desapareciendo la planta y el recuerdo, entre hierba y matorrales, en los «años setenta»

En 1994, la iniciativa de algún vecino, secundado después por el Ayuntamiento, recuperó la base de la iglesia con los sillares del edificio de la carnicería, que se derribó. Carentes de ayudas técnicas y económicas , se procediió a hacer una muy digna reconstrucción, aunque no se consiguiera hacer con exactitud la planta primitiva. No se rehicieron los contrafuertes interiores.

Documentación histórica

La única fuente documental existente, se la debemos a los escritos del Doctor D. Tomás Biurrun y Sotil, que es comisionado por el Obispo de Pamplona, en 1929, para hacer un » inventario de la riqueza artística de la Diócesis de Pamplona», que no completó, y que posteriormente, en 1936 publicó » El Arte Románico en Navarra».

Foto Ruinas de San Martín de ToursCopiamos de éstas dos publicaciones: » Por un documento del rey D. Alfonso Sanchez, llamado «El Batallador», que según el P. Moret, existía en su tiempo, en el Archivo Municipal de Sangüesa, pudo verse cómo en el año 1131, residían en aquella comarca, los Caballeros de San Juan de Jerusalén; y recogiendo las noticias trasmitidas por tradición oral, se pudo reconstruir en torno a la Encomienda de Leache, una verdadera comarca sanjuanista. En aquella ocasión pudo salir a superficie un estilo arquitectónico, propio de ésta Orden Singular, que tuvo originalidad bastante para crear una fase del estilo románico, que se apartase del jugoso y florido cluniacense, y del seco y duro de los monjes del Cister»…..» Una comarca sanjuanista debía por fuerza estar alrededor de una Encomienda, centro y casa matriz, de la que dependiesen los pueblos e iglesias menores, y a donde llevasen sus rentas los vecinos tributarios, o si se quiere, una Encomienda debía tener en torno suyo pueblos e iglesias de menor categoría»…..» la comarca netamente de Leache, fué la cabeza de la Encomienda, según las notas históricas acerca del Priorato de San Juan en Navarra. Todavía subsisten unos muros que demuestran haber servido para una edificación monacal, y en éste pueblo, el igual de lo que sucede en Cizur Menor, se levantan dos iglesias, la una en buen estado y que sirve de Parroquia; la otra debió ser, a no dudarlo, la iglesia propia de la Encomienda».

» Vino a tierra toda la Encomienda, lo mismo el edificio del que puede haber alguna reminiscencia, que la portada de su iglesia, ruinas producidas por el inconsederado afán de utilizar unas piedras, y que precipitan el derrumbamiento de lo que, sin apoyos apenas, viene a Tierra.»Foto En lapuerta de San Martín

» Como se ha dicho no es la iglesia parroquial, la única en Leache. Aunque ruinosa en la actualidad, sus despojos indican que hubo otro templo, de verdadera progenie románica y que compartía con la parroquia, los fines religiosos de un pueblo de escaso vecindario. Tratándose de cosas antiguas, siempre se expone a error, el que procede por meras conjeturas. Lo más acertado es basarse en hechos y datos fehacientes, que no siempre están al alcance del historiador o del arqueólogo, como lo están los de Leache. Están ya consignados, y de ellos puede servirse quien trate de las ruinas y de lo que queda en pié del pueblo de Leache»……»

» De esta iglesia se transportaron a la parroquial dos voluminosos capiteles, uno de sencillas volutas y el otro de profusión de figuras, y ambos quedaron convertidos en pilas del agua bendita. De ésa iglesia proceden los fragmentos colocados en una fuente, al otro lado del pueblo.

Y sólo queda una portada con tres archivoltas, capiteles con variada labor, funículos con lostos y extraños motivos del gusto visigótico, del que ya se ha hecho mención y que a todo trance se debe conservar»…. ¡ !

Planta de la Iglesia de S. Martín.Carlos J. Martinez Alava. Noviembre 2010 

IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN


Es de estilo románico tardío. De ésa época se conserva la portada, los muros perimetrales y las bases de las torres. Nave sencilla, bastante alargada, de 22 x 5,6 metros, de cuatro tramos, con cabeza octogonal. En el tercero se abren dos capillas de desigual tamaño realizadas en el siglo XVIII.

La del lado del Evangelio es de 4,5 metros de fondo, al igual que la sacristía, que consta de dos tramos, y a la que se accede por una pequeña puerta recta al inicio de la cabecera. La capilla del lado de la Epístola de 2.7 metros de profundidad, conforma exteriormente un cuerpo único con el pórtico del siglo XVII, que acoge la puerta en el segundo tramo.

Al Norte, en el tramo primero, presenta dos construcciones cilíndricas superpuestas, de diferente altura, para la escalera de caracol que lleva a la torre prismática de sillar y sillarejo, con huecos para campanas, a sur y oeste, culminada con una espadaña con otras dos campanas, mas pequeñas.
El exterior, en volúmenes de diferente altura, tiene contrafuertes. Por encima de ellos, un alero de canes lisos por todo el edificio.

Foto Capiteles del lado izquierdoCapiteles de la Iglesia Parroquial

Se desconoce la razón por la que un siglo después, fue sustituida la bóveda inicial, de cañón, por la existente. Es de crucería simple, con nervios apoyados en mensulas, alguna con talla figurativa, con claves también esculpidas, como la de la cabecera con el Agnus Dei. En el fondo de la iglesia quedan tres apoyos, sobre los que se basaba el coro, con balaustrada gótica flamígera en madera, desmontado cuando se enlucieron sus muros y techo.

La portada románica, en el segundo tramo, es abocinada con tres arquivoltas de medio punto, apoyadas sobre tres pares de columnas, cuyas piezas superiores tienen esculpidos relieves a modo de capiteles, sobre los que se desarrolla un cimacio corrido, y decorado con serpientes y elementos vegetales. De izquierda a derecha , los relieves presentan, un tema vegetal esquemático, el primero, una cabeza deteriorada de una serpiente, el segundo, y un báculo pastoral, una bola y la figura de Adán, el tercero. En el lado derecho de la portada y desde la izquierda, se representa a Eva tentada por la serpiente, en el Paraiso, a continuación dos leones enfrentados, compartiendo la cabeza, y al final una figura humana, atada con una cuerda.

 

Este tema se repite en un capitel guardado en el interior, procedente de San Martín de Tours, de buena factura, en el que un hombre tiene atado y cogido por su antebrazo, a otro, que en posición sumisa, se aferra los tobillos con las manos, que al igual que sus pies, más parecen garras.

El tímpano, semicircular, rebordeado de serpientes y elementos vegetales, tiene en el centro un Crismón, monograma de Cristo. Una estrella de cinco puntas, que dentro de un círculo, es sostenida por una figura humana de la que se precisan, el rostro, manos y piernas; y una flor de seis pétalos, también dentro de un círculo, a la derecha.

El retablo, barroco de estilo romanista, es realizado a mediados del siglo XVII, y parece inspirado en la imaginaría de Gregorio Fernandez. Fué repintado parcialmente en el siglo siguiente. Conformado por dos pisos, tres calles y ático superior, sobre una bancada moderna de hormigón. En las calles laterales se esculpen relieves; El Bautista con un cordero, y San Miguel Arcangel alanceando a Satanás, a izquierda y derecha,en el piso inferior. Santa Ana portando un libro, y María Magdalena con un frasco de perfume y un libro, en el superior, flanqueando, en una hornacina, en el centro, la imagen de bulto de la titular, Ntra. Sra. De la Asunción, sobre una nube, rodeada de ángeles, con túnica decorada con elementos florales. En el rectángulo del ático, el Crucificado entre María y San Juan, con el sol y la luna, entre machones y aletones de frutos, flanqueados por sendas cartelas con cruz en el centro.Foto Capieteles en el lado derecho de la portada

En el centro del primer piso, bajo la hornacina de la titular, un moderno sagrario, ha sustituido al original, que se encuentra en la sacristía. El antiguo es de planta trapezoidal, y representa en sus relieves a Santa Lucia, San Juan Evangelista y Santa Catalina.

En la capilla del lado del Evangelio, hay un retablo barroco de fines del XVII, con un lienzo de las Dos Trinidades; representa a la Sagrada Familia, con la Trinidad en al parte superior, con un escrito, apenas visible, en la parte baja, con el nombre Mauleon. Esta pintura popular, que recuerda la iconografia de Claudio Coello, se encuentra enmarcada por una moldura de hojarasca barroca, con columnas salomónicas y capiteles corintios, a ambos lados, rematado con un escudo del siglo XVIII de la Orden del Carmen, rodeado de roleos vegetales con corona. En el banco hay tres pequeños cuadros, de San Francisco Javier, San Miguel y San Fermín.

En el fondo de la iglesia, una escultura de San Juan Bautista del siglo XVII, y en la sacristía, una imagen de San Isidro, moderna, con una yunta de bueyes arando, conducidos por un Angel.

En el lado de la Epístola, hay un Cristo de tamaño menor al natural, del siglo XVII, de buena talla, con la policromía original, y un cuadro de la Virgen del Carmen.